En este caso, hemos elegido para acompañar a un buen cocido un vino DO Cariñena, el Atteca 2009. Para contar el resultado, podría adaptar la célebre frase de La Venganza de Don Mendo, donde Don Mendo echaba la culpa de sus problemas “al maldito Cariñena”, El resultado aquí es diferente: “La culpa fue del bendito Cariñena que se apoderó de mí¨. Y este Cariñena me enamoró.
La bodega Ateca fue fundada en el 2005 en Ateca, logicamente, y está situada a catorce kilómetros de Calatayud, en Zaragoza. La bodega forma parte del proyecto Orowines, impulsado por el empresario Jorge Ordóñez para producir vinos de calidad en distintas regiones de España, aunque fundamentalmente destinados al mercado estadounidense.
No estamos hablando de bodegas cualquiera, ya que el grupo produce vinos como Nido o Clío en Jumilla, y otros varios que empezaremos a conocer muy pronto. Como otras bodegas del grupo, Ateca cuenta con una enóloga procedente de las antípodas, la australiana Sarah Morris, conocedora a la perfección los gustos de moda en los mercados internacionales.
Ateca tiene en las laderas de la localidad, cerca de 55 ha de viña vieja plantada sobre suelos pizarrosos. Predomina la variedad garnacha, y Atteca 2009 es la buena interpretación de la garnacha cultivada en tierras aragonesas.
La sensación en boca de este vino es un éxtasis de fruta madura, es muy goloso, con unos taninos perfectamente integrados, redondo y perfectamente equilibrado. No se notan los 15º de alcohol, y tiene un aire diferente, típico de las barricas del grupo Orowines, que recuerda al Clio, sin tener nada en común. Al mantenerlo unos segundos en boca, la experiencia resulta maravillosa: sensación de frescor combinada con recuerdos de minerales.
Vino muy recomendable, con una relación calidad / precio, por ahora, excelente.
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